lunes, 12 de noviembre de 2007

HERMANITOS hoy acompañando con el evangelio del dia les COMPARTO LA TERCERA PARTE DE LA SANACIÓN A TRAVÉS DEL PERDÓN.


Evangelio según San Lucas 17,1-6.

Después dijo a sus discípulos: "Es inevitable que haya escándalos, pero hay de aquel que los ocasiona!
Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo.
Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: 'Me arrepiento', perdónalo".
Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe".
El respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', ella les obedecería.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.


REFLEXIÓN DE SAN AGUSTIN SOBRE LA SANACION A TRAES DEL PERDON


San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia
Disertación sobre los salmos, Sl 60,9; PL 39,771


Pedir perdón y perdonar a los demás


“Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos” (Sl 24,10). Eso que dice el salmo sobre el amor y la verdad es de suma importancia…Habla del amor porque Dios, para perdonar nuestros pecados y prometernos la vida eterna, no se fija en nuestros méritos sino en su bondad. Habla también de la verdad porque Dios mantiene siempre sus promesas. Reconozcamos a este modelo divino e imitemos a Dios que nos manifiesta su amor y su verdad… Hagamos como él, llevando a cabo en este mundo obras llenas de amor y de verdad. Seamos buenos para con los débiles, los pobres e incluso con nuestros enemigos.

Vivamos en la verdad evitando de hacer el mal. No multipliquemos los pecados, porque el que peca y presume de la bondad de Dios, corre el riesgo de hacer creer que Dios es injusto. Se imagina que, a pesar de obstinarse en el pecado y no querer arrepentirse, Dios vendrá igualmente y le dará un lugar entre sus fieles servidores. Pero ¿sería justo que Dios te coloque en el mismo lugar que los que han renunciado a sus pecados siendo así que tú has querido perseverar en los tuyos?... ¿Por qué, pues, quieres forzarlo a que haga tu voluntad?... Mejor que tú te sometas a la suya.

El salmista dice, precisamente, a propósito de esto: “¿Quién buscará la misericordia y la verdad del Señor junto a él?” (Sl 60,8 Vlg)… ¿Por qué decir “junto a él”? Son muchos los que buscan en los Libros santos conocer el amor del Señor y su verdad. Pero una vez lo han conseguido viven para ellos, no para él. Buscan sus propios intereses, no los de Jesucristo. Predican el amor y la verdad pero no los practican. Siendo así que aquel que ama Dios y a Cristo, cuando predica la verdad y el amor divinos, los busca por Dios, no por su propio interés. No predica para sacar de ello ventajas materiales, sino por el bien de los miembros de Cristo, es decir, de sus fieles. Les da lo que ha aprendido en espíritu de verdad, “de manera que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos (2 C 5,15) “¿Quién buscará la misericordia y la verdad el Señor?”


TERCERA PARTE DE LA SANACION A TRAVES DE PERDON



A nivel físico. La falta de perdón engendra odio,
venganza, resentimiento, tristeza y ellos envuelven
toda nuestra vida emotiva. Tal estado produce tensión
en nuestro sistema nervioso y a través de los años
esta tensión influye en nuestra parte física; muchas
enfermedades son fruto de estos estados de tensión y
sufrimiento. No hay que olvidar que el hombre forma
una unidad en su parte física, espiritual y psíquica;
cualquier parte de ellas que esté enferma, repercute en
las demás. En la práctica lo vemos cada día, cuando
alguien dice: "Se me encoge el estómago cuando
pienso en mi marido, o cuando pienso en mi mujer, o
cuando pienso en esta o aquella persona"; el recuerdo
de una persona que nos ha herido y no la hemos
perdonado nos revuelve las entrañas y nos afecta la
parte física.
b.
Muchas personas continuamente están pidiendo
oración por sus enfermedades físicas y no encuentran
resultados positivos. Pero cuando se han abierto al
perdón, vieron con sorpresa que sus enfermedades
físicas también sanaban. Incluso de artrosis profundas
se han visto librados cuando a través de Jesús han
perdonado, tal como transcribe un testimonio el P.
Emiliano Tardif en su libro "Jesús está vivo". La
deducción es clara; estas enfermedades estaban
causadas por la falta de perdón.